Cuando todo empezó

Mi vida como extranjera inició el momento que conocí a un joven guapo, inteligente y encantador y decidí que el iba a ser mi esposo...
Yo era una joven muy tranquila que vivía con los papás y hermanos. Muy estudiosa y trabajadora. Cuando terminé los estudios universitarios en economía, decidí, junto a mi mejor amiga, la mítica Moni, de cruzar el charco, e ir a las Europas a dar una vuelta.
Y que vuelta que fue. Nos pasó lo que típicamente pasa a quien viaja por primera vez a Europa: nuestras maletas no llegaron con nosotras, y mientras llamábamos a casa llorando por lo sucedido se nos acercaron dos policías de la migración creyéndonos ilegales.
Tuvimos que regresar dos días más tarde a recuperar nuestras maletas y por la alegría decidimos ir a festejar en la noche y ahí, en el restaurante donde fuimos a cenar conocí a Gabri. Quién iba a decir que terminaría casada con ese joven rubio, pelilargo, lleno de pulseras, aretes y anillos y encima más estudiante (sobresaliente) de árabe. Y henos aquí, doce años más tarde, viviendo felices y contentos con dos hijos hermosos y fantásticos.