Es verdad que los recursos que se encuentran en internet pueden parecer infinitos, hay tanta información, tantos programas que sirven para tantas cosas, un abanico de oportunidades; pero como decía Séneca, todo viento es favorable para quien no sabe a qué puerto va. En otras palabras, si no se tiene el objetivo claro de qué cosa hacer con esos recursos, terminan esos mismos utilizándonos y no el contrario, como debería ser. De esta manera, cierto que parece ser demasiada información y que se prefiera cerrar un ojo o dos, pero solo bastaría poner en claro el objetivo y concentrarse en él, así, los recursos serán instrumentos adicionales y no la materia en sí.
Creo que los profesores, de cualquier materia, no necesariamente solo de lengua extranjera, deberían estar al tanto de los recursos que existen en internet para poder potencializar el aprendizaje de sus alumnos, y de ellos mismos. No se puede alegar a la impersonalidad de estos recursos para no usarlos, porque existen, y si no son los profesores a indicarlos, serán los alumnos a demandarlos o utilizarlos a escondidas sin descubrir la verdadera capacidad, sin explotarlos como se debe.
Para alejarse un poco de la “impersonalidad” de los recursos digitales se puede utilizar los trabajos en grupo virtuales, el intercambio virtual. Así hasta podría alejarse de las desventajas de una clase magistral, enriquecer el debate y permitir a cada estudiante asimilar los conocimientos a través de la reflexión e intercambio continuo, sin restricción de tiempo o presencia física.
Una ventaja de las plataformas virtuales pienso que es el acceso a aquellos estudiantes incapacitados de moverse o ir a la universidad, por varios motivos, físicos, pero también logísticos. De esta manera, se amplía la oferta educativa y se derriba una de las muchas barrera de acceso a la educación (se mantiene aquella del acceso a recursos virtuales o digitales).
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